Cocina la Pasta: Cuando el agua esté hirviendo a borbotones, añade la pasta. Cocínala siguiendo las instrucciones del paquete hasta que esté "al dente" (firme al morder, ¡no blanda!). Es crucial no pasarla de cocción para que la ensalada no quede pastosa. Revuelve de vez en cuando para evitar que se adhiera.
Enfría la Pasta Correctamente: Una vez cocida, escurre la pasta inmediatamente usando el colador. Para detener la cocción y evitar que se apelmace, enjuágala brevemente bajo agua fría corriente. Escúrrela muy, muy bien para eliminar el exceso de agua.
Un truco: Añade un poco de aceite de oliva y remueve para que quede más suelta mientras se enfría. Deja que alcance temperatura ambiente o se enfríe un poco.
Combina los Ingredientes: En el bol grande, vierte la pasta ya fría o templada. Incorpora el atún escurrido y desmenuzado, el maíz dulce, el pimiento rojo picado, la cebolla morada finamente cortada, las aceitunas troceadas y los tomates cherry (si los utilizas).
Añade el Aliño: Añade el aliño que preparaste a los ingredientes en el bol.
Mezcla con Suavidad: Con una cuchara grande o dos, mezcla todos los ingredientes con cuidado, asegurándote de que la pasta y las verduras queden bien impregnadas del aliño, pero sin romper demasiado el atún o la pasta.
Incorpora las Hierbas Frescas: Añade el perejil picado (u otra hierba) y dale una última mezcla suave.
Prueba y Ajusta: Prueba la ensalada y, si es necesario, ajusta la sal y la pimienta. Tal vez requiera un poco más de vinagre o limón para realzar el sabor.
Enfriar (Opcional pero Recomendado): Aunque puedes comerla inmediatamente, esta ensalada gana mucho si la dejas reposar en la nevera al menos 30 minutos antes de servir. Los sabores se asentarán y estará más refrescante.